Todos tenemos dias increibles, este es para enmarcarlo

El día favorito del año de Don Dirty

Voy en skate desde hace 10 años y en este tiempo ha crecido una relación con este estilo de vida, deporte y organismo social que es una gran parte de mi. No soy el único que se siente así. En todo el mundo hay ratas del monopatín que gracias a sus ideas y dedicacion generan un universo maravilloso para soñar y ser uno mismo en una forma especial y única. Un ejemplo de esta dedicación y amor por el skate es la ‘Lohseparty’ de Colonia.

Siempre que pienso en la Lohse party me viene una frase a la cabeza que me dijo el presidente actual de la asociación de la rampa. Estábamos una semana después de la fiesta sentados en la rampa reflexionando sobre lo bien que nos lo habíamos pasado en la fiesta y melancólicamente dijo y cito en aleman: ‘Nach Lohseparty ist vor Lohseparty’ (Despues de la Lohseparty es antes de la Lohseparty) Para nosotros los representantes y organizadores de la fiesta, este gran dia es como un fin de año y principio a la vez. 

Cuando pasas tanto tiempo en un espacio público donde se genera una comunidad de gente con la que compartes no sólo muchos momentos sino que la misma mentalidad e ideales, se convierte en tu morada. Cuando organizamos esta fiesta lo hacemos por el skate, para compartirlo con el mundo y para nosotros disfrutar y hospedar a toda la gente que quiera hacer lo mismo.

Ya llevo como 8 años en Colonia y un dato sobre mi llegada a esta acogedora ciudad es que sin querer me planté en la mismísima ‘Lohseparty’ convirtiéndose este evento en la primera impresión de lo que me esperaba en mi nuevo hogar. Ese día llegamos con dos amigos de Barcelona después de habernos cruzado media Europa en tren en busca de aventuras con nuestros skates. Nos quedamos boquiabiertos con nuestra pista de aterrizaje y desde entonces he participado en el evento.

Este año fue inolvidable gracias a la especial visita de dicho grupo de amigos para acudir a este prestigioso evento. El plan de acogida durante unos días en mi piso fue bien. A parte de que no cupiera ni un alfiler fue un gran reencuentro. 

Es difícil resumir tantas emociones en simples palabras, por eso prefiero agradecer la existencia de amistades así para compartir momentos que dan sentido a la vida y no perder la esperanza de que se repiten o superen.

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